Happy Cooking – Elle Gourmet

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Una fiesta de Navidad en Triana con siete invitados de auténtico lujo.
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Triana no es un barrio más de Sevilla: tiene identidad propia, y en él los vecinos forman una gran familia. Hasta allí viajamos para reunir a un clan de lujo en Triana House (Rodrigo de Triana, 98), un B&B excepcional en el que la propietaria, Isabel Sáez de la Fuente, tiene su hogar, que –dicen– cobija las mejores fiestas de la ciudad. Y es que sabe cuidar los detalles («camareros con el look ideal, regalos para los invitados…») y utiliza la sorpresa continua. «En la última serví champagne en vasos de plata y a todos los fascinó», recuerda. El interiorista Amaro Sánchez de Moya también se defiende como anfitrión; en sus veladas nunca faltan flores ni velas –«incluso de día», apunta–, aunque, antes que sentar a la mesa a sus comensales, prefiere un buen bufé, donde nunca faltan su famoso salmón marinado ni el roast beef. «Como la gente está con el plato en las rodillas, hay que preparar unas servilletas ideales… y grandes». Lo añade Frida Beca, decoradora y dueña, junto a su hermana María, de la firma de bolsos Skinny&bönes («mi tío nos llamaba Medio Kilo y Cuarto y Mitad; por eso decidimos ponerle este nombre a nuestra marca»).
RUTA POR SEVILLA
A Frida le encanta recibir, a pesar de que la tarea la pone nerviosa porque «tiene que estar todo perfecto». «Es algo que hemos heredado de mamá», apunta María, para quien la música (Frank Sinatra, Cat Stevens, David Gray, Chris de Burgh, India Martínez…) juega un papel casi tan relevante como los aperitivos y una buena vajilla: la Blue Canton, de Vista Alegre.
Sin embargo, ambas insisten en que «en Sevilla poca gente organiza cosas en casa: salen a tapear». «Han abierto sitios muy chulos –subraya Frida–. Mi hermana los conoce porque pasa el día entero en la calle». «Sí, me encanta ir a cenar o a picotear en abacerías, y no cocino», ratifica la aludida, quien, eso sí, ya se ha matriculado en un curso de repostería. La joven, que reconoce haber descubierto los carabineros hace poco, disfruta con la vida en el campo (trabaja con su familia en Huerta Barba, un hotel rural en Huelva), si bien es verdad que borda el papel de cicerone por su ciudad. Su ruta foodie: Los Palacios, Cañabota, La Flor de Toranzo y Casa Palacios.
LA IMPORTANCIA DEL POSTRE
«Soy algo patosa entre pucheros». No lo oculta la diseñadora de moda flamenca Rocío Peralta. Por suerte, cuando la anfitriona es ella cuenta con un salvavidas: su marido, Cayetano. «Le divierte montar comidas temáticas. Ayudo en lo que
puedo, aunque prefiero poner la mesa porque se me cae todo en el momento más inoportuno». Se desenvuelve mejor como invitada, y nunca olvida llevar «tejas de almendra o trufas para completar el postre». Precisamente un bufé de dulces –«con ideas tradicionales»– es, para Raúl Romero, fundamental en cualquier reunión. Experto en comunicación y firmas de lujo, se muestra rotundo: «Al abrir tu casa debes sacar lo mejor que posees. No por vanidad, sino porque quieres que los demás se sientan protagonistas. Y, si recibes a gente de confianza, tienes que hacer que se sienta incluso mejor».
«Soy un buen comilón, pero el mío no es un paladar exquisito», dice el cantaor Manuel Lombo, que retoma su gira Lombo por Bambino. También se lanza a los fogones, con una peculiar habilidad: «Soy capaz de preparar comida para 25 en un cuarto de hora». ¿Su especialidad? Rollitos de pan de molde con berberechos y queso y papas flojas con huevo. Bocados fáciles pensados para compartir. Triana style, claro

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