[vc_row][vc_column][vc_column_text]El universo estético de la interiorista Frida Beca, su predilección por las esculturas y el color rosa, y las fórmulas con las que da carácter a la deco son referencias en su vivienda-showroom sevillana. Un mix de elementos dispares donde todo encuentra su lugar.[/vc_column_text][vc_single_image image=»3093″ img_size=»full»][vc_column_text]l hall es solo un aperitivo de lo que esconde esta vivienda. La brillante bienvenida pone sobre aviso de las múltiples sorpresas que van a deparar al visitante unos interiores eclécticos y chic, donde el contraste cromático y la mezcla de estilos crea escenografías sorprendentes. Su propietaria es la decoradora Frida Beca, que ha establecido en la casa también su showroom, «de ahí el profuso mestizaje, el gran movimiento en los distintos espacios», nos explica.
El salón, el comedor o la entrada de la vivienda no son solo eso, sino también salas expositoras donde se testa el efecto de la unión de piezas de arte contemporáneo, muebles antiguos y modernos, objetos de las más variadas procedencias y textiles de alta calidad. El heterogéneo conjunto llena las estancias de contenido, pero sin perder de vista que la casa sigue siendo un ámbito doméstico y no un museo. Así lo ha buscado la interiorista, que además ha mantenido el vínculo sentimental que la une a muchas de las piezas: «Me acompañan en las mudanzas y las he ido acoplando poco a poco. Cada una tiene una historia que contar y hay que dejar que hablen en su entorno. Y aquí se expresan con un lenguaje propio».
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